El Frente Unido de Mujeres, edificado en principios Marxistas-Leninistas, nace como una alternativa opuesta al feminismo pequeño burgués que día a día avizoramos como una amenaza al movimiento revolucionario. El carácter reivindicativo reformista de los grupos feministas, históricamente se han visto aprovechados por el capitalismo en su instrumento de clase, como lo es el marco jurídico. Estos grupos se han enquistado en las pugnas por derechos que en el peor de los casos han fortalecido la producción del capital, insertándola en el dominio capital - trabajo.
Esta táctica ha imposibilitado la integración de la problemática a la mujer campesina, madre, obrera, empleada, ama de casa, aquellas quienes nos están acompañando por el contenido claro de clase, por el que vemos atravesada la lucha de género.
El derecho y el Estado burgués han empatado de manera inherente con el patriarcado puesto que su naturaleza excluyente oprime a diversos sectores de la población, un ejemplo claro la mujer.
Dentro del sistema ya no figuramos sólo como reproductoras de mano de obra, sino que nos hemos insertado en el mercado laboral como fuerza de trabajo depreciada.
La doble explotación a la que nos hemos sometido hace que el FUM, bajo la línea de nuestro partido supere visiones gremialistas, y que se comprometa en fortalecer como sujeto histórico a la mujer que sufre la violencia machista y la opresión imperialista del capital.
Las relaciones sociales de dominio serán convertidas en relaciones de cooperación.
En nuestra única estrategia por la revolución y en el largo proceso que implique este sueño, las comunistas seremos las voceras de un mundo sin explotación, el socialismo tiene esencia femenina, el socialismo será el orden del mundo que dirijan los oprimidos, el espíritu de acogimiento reavivará la llama del amor a la humanidad.
Esto nos inscribe como portadoras de este inmenso sueño donde la organización y la lucha de la mujer son necesarias. Si tenemos que empuñar fuego o cantar el himno del y la proletaria lo haremos, junto al pueblo con hombres, niños, viejos, negros, indios…
Esta táctica ha imposibilitado la integración de la problemática a la mujer campesina, madre, obrera, empleada, ama de casa, aquellas quienes nos están acompañando por el contenido claro de clase, por el que vemos atravesada la lucha de género.
El derecho y el Estado burgués han empatado de manera inherente con el patriarcado puesto que su naturaleza excluyente oprime a diversos sectores de la población, un ejemplo claro la mujer.
Dentro del sistema ya no figuramos sólo como reproductoras de mano de obra, sino que nos hemos insertado en el mercado laboral como fuerza de trabajo depreciada.
La doble explotación a la que nos hemos sometido hace que el FUM, bajo la línea de nuestro partido supere visiones gremialistas, y que se comprometa en fortalecer como sujeto histórico a la mujer que sufre la violencia machista y la opresión imperialista del capital.
Las relaciones sociales de dominio serán convertidas en relaciones de cooperación.
En nuestra única estrategia por la revolución y en el largo proceso que implique este sueño, las comunistas seremos las voceras de un mundo sin explotación, el socialismo tiene esencia femenina, el socialismo será el orden del mundo que dirijan los oprimidos, el espíritu de acogimiento reavivará la llama del amor a la humanidad.
Esto nos inscribe como portadoras de este inmenso sueño donde la organización y la lucha de la mujer son necesarias. Si tenemos que empuñar fuego o cantar el himno del y la proletaria lo haremos, junto al pueblo con hombres, niños, viejos, negros, indios…
SEREMOS REVOLUCIÓN
¡VIVA EL FUM!
¡VIVA EL PCE!