martes, 7 de febrero de 2012

La mujer al centenario de Eloy Alfaro.

… la humana turba revoltosa,

mi corazón hirió con su injusticia,

y veome triste, en la mitad del mundo,

victima infausta de un dolor profundo.

- Dolores Veintimilla de Galindo –

Las luchas por la emancipación de la mujer, a lo largo de la historia, han tenido como característica constante el anhelo de dar fin a los vergonzosos niveles de opresión y explotación a los que se ha visto sometida. Es así que en el Ecuador la revolución liberal choca con tal situación injusta en que se hallaba la mujer.

El gran cumulo de prejuicios y trabas legales por parte de distintos sectores entre ellos el Clero como actor determinante en ese tiempo, impusieron el confinamiento de la mujer al hogar. Tomamos como ejemplo el art. 124 del Código civil de 1861, el cual menciona que el marido debe protección a la mujer, y la mujer obediencia al marido.

Tal circunstancia trajo como resultado la minimización del papel de la mujer en la sociedad y la desaparición deliberada de sus luchas a lo largo de la historia.

Eloy Alfaro consciente de la imperiosa necesidad de revertir aquella situación, emprende acciones destinadoras a insertar a la mujer en la vida pública.

Sin embargo aquellas medidas no surgieron como resultado de una sola mente, constituyen el pensamiento y la acción de valientes mujeres como Zoila Ugarte de Landivar, María Gamarra de Hidalgo, y las Generalas Joaquina Galarza y Filomena Chávez de Buque.

La participación de la mujer en los empleos públicos y el acceso a las Universidades, la fundación de institutos normales femeninos, el establecimiento del matrimonio civil y el divorcio constituyen avances revolucionarios para la época. En la actualidad cobran importancia ya que estos logros, aunque de carácter formal sirvieron para aunar los esfuerzos de las mujeres, quienes basadas en estos principios buscan su real liberación.

Ya lo dijo el utopista francés Fourier “El grado de emancipación de la mujer, sirve para medir el grado de emancipación de la sociedad”. Es por esto que no se puede dejar de mencionar a aquellas quienes lucharon ya no solo dentro del marco legal, sino en el ámbito social.

Como Luisa Gómez de la Torre, que a lo largo de su vida hizo suya la causa proletaria, Dolores y Tránsito que en su doble condición de mujeres e indígenas, llevaron la frente en alto su militancia en el Partido Comunista, y se entregaron a manos llenas a la defensa de los de abajo.

Está ahora en nosotras apropiarnos de esta historia, que ya se hace nuestra por el hecho de ser mujeres y dar continuación a estas luchas. Muchas hemos sido víctimas de distintos tipos de violencia y somos testigos de la injusticia de este sistema, por eso no permitiremos aislarnos de la historia social, seremos actoras vitales en contra de la degradación de la humanidad.

Por: Daniela Barba.

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